miércoles, 17 de junio de 2009

Buceo con los tiburones

Es necesario poseer la suficiente experiencia como buceador para mantenerse con soltura bajo el agua.


Es importante conocer qué especies de tiburones podremos encontrar en el área donde planificamos el buceo y aprender algo acerca de la conducta esperada de cada especie. Debemos discutir la logística de buceo y los planes de contingencia siempre antes de entrar al agua.

Hay que informarse con los buceadores locales de los colores que atraen a ciertos tiburones.

Debido a su tamaño, a su forma de alimentación y mecanismos de defensa, todas las especies de tiburones o rayas no se deben considerar inofensivas, puesto que un comportamiento no adecuado por parte del buceador, puede desencadenar alguna reacción negativa por parte del animal.

Debemos tener en cuenta que un submarinista sumergido tiene mucho menos que temer que un bañista. Por nuestro tamaño, nuestro equipo y el ruido de las burbujas, los animales no tienen claro qué somos ni cuales son nuestras intenciones y, por lo tanto, tardarán más en atacarnos que a un bañista.

Por ello, debemos reducir los tiempos de permanencia en la superficie donde somos más vulnerables y nos encontramos más indefensos ante un posible ataque.


Debemos permanecerpreferentemente en el fondo o cerca de él. Si el encuentro con el tiburón se produce entre dos aguas hay que intentar reducir nuestro perfil vertical en el agua, manteniendo la flotabilidad y adoptando una posición horizontal. Estos animales parecen sentirse más inquietos si se encuentran frente a un ser vertical que ocupa más espacio que ellos y que podrían considerar como una amenaza.

No se deben efectuar movimientos bruscos al bucear o nadar y mantener los brazos (octopus y otros elementos del equipo) pegados al cuerpo.

Es aconsejable no nadar en aguas tropicales antes del alba o hacia el anochecer, puesto que es la hora en la que todos los depredadores entran en acción.

Si encontramos un tiburón descansando en una gruta, debemos evitar taponar la salida, porque el animal puede sentirse acorralado e intentar defenderse.

Se ha demostrado que las inmersiones durante el ciclo menstrual de la mujer no atraen de modo alguno a los tiburones.

El buceo con cebo y/o carnada cambia radicalmente el carácter y la conducta de un tiburón, y puede atraer a otros, añadiendo un factor competitivo a la situación. En tales situaciones, el encuentro con estos animales puede cambiar de algo tranquilo y seguro a algo realmente peligroso en una fracción de segundo.

En inmersiones con presencia de cebo debemos mantenernos siempre fuera del rastro de olor que emana del alimento, teniendo en cuenta el sentido local de la corriente en ese momento, debiendo colocarnos lejos del mismo.

En presencia de tiburones excesivamente persistentes es importante cubrirse la espalda, buscando, si es posible, reunirse con otros submarinistas y salir del agua en calma, pero cuanto antes, evitando salpicaduras y movimientos bruscos.

Si un tiburón se acerca demasiado:


Debemos exhalar fuerte o presionar el botón de purga de manera constante puesto que el sonido de las burbujas, en principio suele ser suficiente para que el animal se retire.

Si no funciona, y el animal -tantea- con el morro buscando alguna respuesta por parte del buceador, es necesario no vacilar y golpearlo con decisión en el lomo, en el rostro,etc.


Nunca hay que dejarse llevar por el pánico.

No hay que apartar la mirada del tiburón en ningún momento y hay que seguir vigilando varios minutos después de que aparentemente se haya ido, para estar seguros de que realmente lo ha hecho.

En presencia de tiburones grises hay que tener presente las eventuales posturas intimidatorias del animal (ver dibujo), que pueden ser el preludio de un ataque. La parada agonística es la postura típica de amenaza por parte del tiburón gris (Carcharhinus amblyrhynchos). Consiste en una serie de movimientos característicos antes del ataque. Lo primero que hace es arquear el dorso, después bajalas aletas pectorales y realiza unos exagerados movimientos natatorios. La intensidad de la parada aumenta con la agitación del individuo.

Las entradas en el agua deben ser muy controladas, sin chapoteos ni salpicaduras, puesto que se ha visto a tiburones reaccionar con bastante agitación frente a la conmoción causada por una entrada muy ruidosa. En este estado el tiburón puede volverse muy peligroso en un instante.

Para regresar a la superficie, si hay tiburones presentes, hay que moverse lentamente, pero con decisión sin perder de vista al tiburón y saliendo despacio y de forma directa al sitio planificado. Hay que evitar las estancias en superficie, puesto que para muchas especies el buceador puede parecer una posible presa.

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