Aunque debido a la oscuridad reinante en el momento de registrarse la pleamar, las autoridades de esa fuerza y los biólogos que formaron parte del operativo de rescate no pudieron determinar con certeza que el cetáceo pudo liberarse, todo indicaba que el ejemplar había logrado regresar a su medio.
Por lo que especulan los biólogos del Instituto de Biología Marina Almirante Storni la ballena habría ingresado al Puerto a través de un canal que desemboca en esa zona de playa poco antes de que se registrara la bajamar, pero debido a la altura que en ese sector posee la zona costera la escasez de agua que había comenzado a retirarse le habría impedido desplazarse mar adentro, provocando su varamiento.
"El ejemplar se encontraba boca abajo apoyado sobre un ´banco´ o ´promontorio´ de arena de una altitud considerable, y como la bajante tuvo lugar a las 14.54´ y la Prefectura realizó el hallazgo del ´juvenil´ cerca de las 12.30´, pienso que por ese motivo quedó apresada en la costa" manifestó Raúl González, uno de los profesionales del Instituto.
Debido a la posición en la que quedó el cetáceo no pudo determinarse su sexo, aunque por sus características no se hallaba enfermo ni registraba indicios anormales.
"La cantidad de tiempo que estas criaturas pueden permanecer fuera del agua no puede determinarse, ya que algunos ejemplares resisten más que otros, así que en estos casos para permitirles ´aguantar´ el mayor lapso posible hasta que la pleamar se registre y puedan intentar volver a su medio lo único que podemos hacer es tratar de mantenerlos hidratados" expresó Raúl González.
Debido a esto, tanto los biólogos como los integrantes de la Prefectura que rápidamente se acercaron al lugar para coordinar las maniobras de rescate se ocuparon inicialmente de cavar un foso alrededor del banco de arena en el que se hallaba la ballena que luego fueron llenando de agua para lograr que el animal, en lugar de esperar apoyado sobre una superficie dura, contara con un lecho barroso acondicionado de forma mucho más ´amigable´ para soportar la espera.
Además, con una manguera conectada a una motobomba se ocuparon de mojar continuamente el cuerpo del cetáceo para preservarlo hidratado.
"Lamentablemente lo que no pudimos hacer es liberar una de las aletas dorsales de la ballena, que si bien no estaba lastimada había quedado enterrada en la arena, por lo que especulábamos que cuando comenzara a subir el agua esa dificultad se convertiría en un obstáculo para que pudiera movilizarse rápidamente hacia el mar" explicó González.
Esperando ese momento, la Prefectura dispuso un gomón en el que desde mar adentro fue controlando los movimientos del animal, que pudieron ver cubierto por el agua poco antes de las 19´.
Con un fuerte operativo realizado por científicos del Instituto de Biología Marina y Pesquera “Almirante Storni” y del personal de Prefectura Naval Argentina, se logró restituir al ballenato a su hábitat natural.
El ejemplar de ballena franca austral había quedado varado el último domingo y tras largas y arduas horas de trabajo de rehidratación se logró devolverlo al mar.
Un ballenato desorientado
Según lo informado por los biólogos del Instituto de Biología Marina Almirante Storni a la prensa rionegrína, la ballena habría ingresado al Puerto San Antonio Este a través de un canal que desemboca en esa zona de playa conocida como Punta Villariño.
El ballenato ingresó a la costa poco antes de que se registrara la bajamar, alrededor del mediodía del domingo. Pero debido a las condiciones como la altura que ese sector posee, la condición de zona costera y el agravante de la escasez de agua que había comenzado a retirarse, habrían impedido al joven cetáceo desplazarse mar adentro provocando su varamiento. Por otra parte, los biólogos aún no llegaron a la conclusión del porqué de la desorientación a que lleva a estos gigantes de mar a quedar varados en las costas. Sin embargo, descartan la idea del suicido que en general se escucha decir popularmente.
El operativo de rescate
Con este escenario, los biólogos y los integrantes de la Prefectura actuaron rápidamente con el fin de coordinar las maniobras de rescate.
En principio el equipo cavó una fosa alrededor del banco de arena en el que se hallaba la ballena que luego fueron llenando de agua para lograr que el animal, en lugar de esperar apoyado sobre una superficie dura pueda contar con un lecho barroso, comentó el Diario Río Negro.
Además, con una manguera conectada a una motobomba se ocuparon de mojar continuamente el cuerpo del cetáceo para preservarlo hidratado.
Sobre este particular, el biólogo Raúl González explicó a la prensa que, “la cantidad de tiempo que estas criaturas pueden permanecer fuera del agua no puede determinarse, ya que algunos ejemplares resisten más que otros, así que en estos casos para permitirles ´aguantar´ el mayor lapso posible hasta que la pleamar se registre y puedan intentar volver a su medio lo único que podemos hacer es tratar de mantenerlos hidratados”
Una de las estrategias realizadas del equipo de rescate fue esperar que llegue la pleamar para que el mamífero marino pueda desplazarse mar adentro, sin embargo había situaciones que en ese momento mantenía preocupados a los expertos.
“Lamentablemente lo que no pudimos hacer fue liberar una de las aletas dorsales de la ballena, que si bien no estaba lastimada había quedado enterrada en la arena, por lo que especulábamos que cuando comenzara a subir el agua esa dificultad se convertiría en un obstáculo para que pudiera movilizarse rápidamente hacia el mar”, señaló González.
Otra de las cosa que los mantenía preocupados era el riesgo de muerte que corría el ballenato si permanecía muchas horas fuera del agua ya que el peso de su cuerpo apoyado sobre la tierra aplasta sus pulmones.
Finalmente, alrededor de las 19 horas del domingo, la marea alta llegó y cubrió de agua toda la superficie del joven cetáceo que fue vigilado desde muy cerca por un gomón de la Prefectura. Quienes registraron, definitivamente, su ingreso a mar adentro
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